clases de yoga

viernes, 15 de abril de 2016

El Yoga es Movimiento

Es común que, al pensar en yoga, nos vengan a la cabeza imágenes de sadhus indios sentados en meditación profunda, completamente inmóviles. Mas, en realidad, el yoga es, esencialmente, movimiento.
Incluso en las corrientes clásicas del Hatha Yoga, en que las posturas (asana) se mantienen varios minutos; incluso en el Raja Yoga, que comprende un trabajo puramente meditativo o en el Yoga Nidra o yoga del sueño, el yoga trabaja con ritmos y flujos, con tensión y relajación, con la escucha y con la expresión, igual que la danza.
Una asana o postura de yoga no es más que un patrón. Al sostenerla no deja de cambiar, de crecer en nosotros. Continuamente nos relacionamos con ése patrón mientras respiramos, corregimos y nos abandonamos a la postura. La clave es, siempre, la atención. Poner atención nos descubre que ningún movimiento, por pequeño o sutil que sea, es inútil.

Las karana o encadenamientos de movimientos (el más conocido es el saludo al sol, pero existen infinidad de combinaciones), así como los ejercicios de preparación que comprenden movimientos de aproximación a las asana y pranayama, son las herramientas que pone a nuestra disposición la disciplina para “sintonizar” el cuerpo y la mente. Estas series y ejercicios son una exploración exhaustiva de los modos de movimiento de la energía y de todos los cuerpos que comprende el universo, pero que podemos resumir en cinco modos:

Contracción- expansión o movimiento central: parte desde un punto central y se expande o se contrae en relación a este punto. Éste es el movimiento básico, el latido, de todas las células, de todos los átomos, de cualquier cuerpo o forma vibrante, que pulsa.
Crecimiento o movimiento vertical: tiene dirección y comprende la extensión a través de un eje cielo-tierra, como es nuestra columna vertebral. En relación con la evolución, el ascenso y descenso, y la distinción y ordenación de los elementos.
Abrazo- comprensión o movimiento lateral: se trata de la extensión hacia los lados. Tiene que ver con la comunicación, con el dar y el recibir, con el aspecto social y los vínculos con el entorno.
Torsión o movimiento circular: es la combinación de los dos movimientos anteriores. Ascendemos mientras comprendemos y ampliamos, damos un giro y cambiamos nuestro punto de vista.
Proyección o movimiento frontal: tiene que ver con la superación de obstáculos, con la oposición y con la dualidad. También con el tiempo y la creación: nos proyectamos en el futuro, nos marcamos objetivos; creamos sombras imágenes y obras de arte para comprendernos y reconocernos.

Estos cinco modos básicos, extraídos del estudio de dinamia de Rosa María Marcos, van mucho más allá del yoga, afectando a todo lo que entendemos como materia y energía y, de hecho, existen muchos más modos de movimiento y de análisis del mismo, como son también los 5 Ritmos definidos por Gabrielle Roth (fluido, stacatto, caos, lírico y quietud), o los 5 movimientos del Prana. El hecho de la repetición del número 5 en este ámbito necesitaría un estudio más profundo. Digamos solamente que el 5 es un número siempre asociado a la creatividad como generación de nuevas estructuras y trascendencia de las mismas.

Lo que resulta realmente interesante del análisis y comprensión del movimiento es la atención y consciencia de su presencia durante la práctica, en especial cuando nuestro objetivo es el equilibrio, la paz o la comprensión-iluminación, que es el objetivo de todas las tradiciones espirituales.

Comprender que el camino no es una carretera, sino un bosque o pista de baile es importante. Nos movemos sin cesar incluso cuando estamos “completamente quietos”. Nos movemos al respirar, al pensar, al latir; para crecer y para expresar quiénes somos, de dónde venimos y a dónde vamos; nos movemos para conocernos y para comprendernos, tal como hace el Universo en la llamada eterna danza de Shiva. El equilibrio no es la quietud completa, sino la danza más bella, la danza fuera del tiempo.

viernes, 1 de abril de 2016

Los beneficios del Yoga para bebés



Hace algún tiempo que he empezado a dar clases de yoga a mamás y bebés. Ha sido un reto, una fantástica aventura y un placer compartido con las mamás i l@s pequeñ@s del grupo del Centre Cívic La Sagrera, a las que estoy profundamente agradecida. A ell@s va dedicada esta entrada.

¿Por qué practicar Yoga con tu bebé?

Si ya eres practicante de yoga, nada te resultará más natural que seguir practicando y compartir tu experiencia con tu pequeñ@. Sólo será necesario que realices algunos ajustes para que la práctica sea más beneficiosa para los dos y que aprendas algunos ejercicios específicos para el bebé.
Si el yoga es tan nuevo para ti como para tu retoño, bienvenida! En este camino encontrarás muchas compañeras, profesoras, libros y experiencias de las que nutrirte.

He aquí algunos de los beneficios del yoga para el bebé:

Físicos:
  • En una sesión breve tu bebé realiza mucha actividad física. Toda esta actividad le ayudará a dormir mejor.
  • Brinda una rutina diaria de actividades gracias a la cual podrás unirte constructivamente a tu bebé desde su nacimiento.
  • El cuerpo del bebé recibe una tonificación adecuada que le ayuda a desarrollar su fuerza y flexibilidad.
  • El bebé aprende a diferenciar tensión y relajación y a hacer uso de ambas.
  • El bebé aprende a divertirse y a jugar a través del ejercicio físico, recibiéndolo como algo positivo.

Fisiológicos:
  • Todos los sistemas corporales de tu bebé serán estimulados, en especial el digestivo y el nervioso.

Psicológicos:
  • El yoga os ayuda a ti y a tu bebé a conoceros, incrementando la comunicación entre ambos.
  • El yoga ayuda a sanar cualquier trauma del nacimiento, y tu bebé estará mejor preparado para enfrentar los sobresaltos.
  • El hecho de que tu bebé disfrute del estrés positivo del yoga incrementará su capacidad para hacer frente a futuros desafíos.
  • A través de la excelente atención que el bebé recibe de sus padres, aprenderá a relacionarse con otros bebés y a jugar activamente.
  • La relajación profunda que forma parte del yoga, ayuda a los padres primerizos a superar el estrés de la paternidad y esto repercute muy positivamente en el bebé, el cual también aprenderá a relajarse paulatinamente.


A l@s que estéis interesad@s, os recomiendo mucho el libro Yoga para Bebés de Françoise Barbira Freedman, editado por Gaia, así como los libros de Vimala McClure sobre Masaje Infantil.

Más adelante iré incluyendo en el blog algunas de las cadenas de movimientos y posturas que realizamos en las classes de yoga para bebés. ¡Buena investigación y buena práctica a tod@s!