clases de yoga

sábado, 9 de septiembre de 2017

La entrega


Es increíble la cantidad de pensamientos que podemos tener a cada minuto, hasta sentir que tenemos un hormiguero de incesante actividad en nuestro interior. La mayoría de personas reconocemos que son demasiados, que necesitamos parar, y muchos buscamos la manera de calmar esta ir y venir a través de técnicas, disciplinas o ejercicios que nos ayudan a darnos espacio y no vernos arrollados por este rumiar constante. 
Cuando el flujo de los pensamientos va muy rápido se vuelve cada vez más negativo y repetitivo y aparece lo que llamamos ansiedad. Con este cuadro, o sin él, es posible que haya enfermedades o trastornos físicos asociados a un estado de "demasiada actividad" mental, contracturas, problemas gástricos, migrañas, alergias... Pero sea que recurramos al yoga, a las terapias, al deporte o a la meditación hay una pregunta muy simple que debes formularte primero: 

¿Estas dispuest@ a dejar ir?

Pues de eso se trata todo, de vaciar, de dejar ir, pero sobre todo de entregar. ¿Porqué entregar? Porque la entrega es libertad y porque es activa, es una intención, una alineación con lo que está más allá de la mente. Entrega es aceptación y la aceptación es el primer paso más allá del límite. Para crearte una sensación de seguridad has escogido unos límites basados en patrones conocidos, en memorias adquiridas, pero igualmente puedes escoger dejar estos límites desde ahora y vivir cada vez con menos cadenas.

Tanto los textos clásicos como los contemporáneos de la filosofía y de la espiritualidad de todas las tradiciones, a menudo se refieren a estados de plenitud que en realidad son y empiezan con estados de vacío. Te vas vaciando de la actividad de la mente hasta que, en la quietud, te vacías del cuerpo y hasta de ése conjunto de sensaciones que llamabas "yo". Entonces sólo queda lo Real; Dios, tu Yo Superior, Sunyata o Samadhi... Requiere coraje y determinación, pero las ganancias son inmensas, desde la simple alineación con tu propósito.

¿Cómo hacerlo? David R. Hawkins en su libro Dejar Ir propone una técnica muy sencilla basada en una visión muy clara de lo que son los pensamientos y los sentimientos. Antes que nada debes permitirte observar sin juicio, a modo de experimento, tus propios pensamientos. Detrás de cada uno de ellos verás que hay siempre un sentimiento asociado. De hecho, para cada sentimiento generamos miles (o millones!) de pensamientos, sobre todo a partir de los que son más intensos (que no suelen ser los más conscientes o evidentes). Una vez reconocida esa emoción o sentimiento, permítete sentir-la plenamente, dale espacio y suéltala, entrégala con tu intención focalizada; porque no necesitas ni eres eso, porque tu camino es liberarte, porque te sentirás mejor y sanarás. 
Se paciente y confía, una vez liberado el sentimiento pueden pasar cosas asombrosas, pero lo más inmediato es que tu mente estará en calma, los pensamientos ya no acudirán sin cesar como una irritación de la mente, los llamarás cuando tu quieras, cuando sean necesarios.

Ahí empieza el camino de la entrega, soltando la negatividad para vivir en el gozo. Pero aun puedes ir mucho más lejos en la experiencia si te permites contemplar la verdadera naturaleza de las emociones, de las sensaciones, del cuerpo... Todo ello puede ser entregado, liberado. Está en tu mano darte alas.