Junto a Brahma y Vishnu, Shiva
es una de las tres divinidades que forman la trimurti, los tres aspectos de la
divinidad en tanto que creadora (Brahma), mantenedora (Vishnu) y destructora o
transformadora (Shiva). Shiva encarna este aspecto dinámico y una de sus
representaciones más populares es como Nataraja, el danzarín, bailando la danza
del cosmos. Su consorte, Shakti-Parvati, es la energía pura, la madre de todo,
aspecto femenino de Shiva que en la
India tiene sus propios devotos (los shaktas) y que se
considera tan indisociable de su aspecto masculino que existen numerosas representaciones de Siva-Shakti fundidos en uno solo.
Mas Shiva es también representado a
menudo en posición meditativa, pues es el dios que asiste a los yoguis y
ascetas y a los que practican austeridades.
Según la tradición shaiva y según el shivaísmo de Cachemira, Shiva es la Consciencia pura de la
que todo surge y a la que todo va a parar. En su aspecto destructor, es aquél
que destruye el ego y la ignorancia procurando la liberación.
Algunas de las posturas clásicas
del yoga remiten a los distintos aspectos de Siva: encontramos, por ejemplo,
NATARAJASANA, que refiere a su aspecto danzarín, o VIRABHADRASANA (el
guerrero), que refiere a su aspecto temible y destructor.
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