“El agua de mar es el tejido vivo de que está
cubierta la tierra; las rocas son su esqueleto. El propio mar es un ser vivo
que palpita todo él mecido por el sol, como laten nuestras entrañas, nuestros
músculos y nuestra piel, al ritmo de las sensaciones, regidas también por la
luz y el calor del sol, y de las emociones. Es un ser vivo que nunca está en
reposo absoluto. Y es en ese enorme tejido vivo que cubre la mayor parte de la
tierra, donde bulle la vida. Es el medio en que se elabora la vida.
¿Cómo ha de extrañarnos, pues, que en cuanto
caemos en la cuenta de lo que es el mar, encontremos tantas y tantas maneras de
impregnarnos de él por dentro y por fuera? Una vez convencidos de que somos
esponjas empapadas de agua de mar donde viven todas nuestras células y la
infinita flora que las acompaña, está claro que hemos de mantener ese medio
acuático en las mejores condiciones. ¿Y qué mejor que abrevarnos en la misma
fuente que cría esa agua, es decir en el mar?”
(extraído de Aquamaris)
René Quintón (1866), científico, naturalista,
fisiólogo y biólogo, fue quien dio al agua de mar un uso terapéutico hasta
entonces muy poco extendido. Sus estudios referentes al origen de la vida le
llevaron a descubrir que el medio marino que cobijó a las primeras formas de vida
tenía unas características muy similares a las que hoy encontramos en el medio
interno de las células.
A partir de sus observaciones, René Quinton
elaboró una Terapia basada en el suero de agua de mar que resultó ser muy
eficaz para tratar múltiples enfermedades, y la puso en práctica tanto en
hospitales como en lo que más adelante se llamaron “consultorios marinos”. A
grandes rasgos, el método permite reemplazar el agua contaminada del medio
interior por agua marina sana, adaptada particularmente a la fisiología
celular.
Hoy en día se da un resurgimiento de esta
terapia, usada por especialistas médicos, homeópatas y otros terapeutas; y se comercializa
agua de mar embotellada y el llamado suero de Quinton. El agua de mar suele
tomarse diluida con agua dulce en mayor o menor proporción, ya que la salinidad
de nuestros mares es muy superior a la de aquél océano primigenio que dio
origen a la vida, y resulta demasiado salada para nuestro organismo.
Éstas son algunas de las cualidades beneficiosas
del agua de mar:
- El agua de mar contiene TODOS
los elementos químicos de la tierra: De los 111 elementos químicos de la tabla
periódica Mendelyev, que también están en nuestro medio interno, sólo el sodio
y el cloro suman el 84 % de los mismos. El azufre, el magnesio, el potasio y el
calcio, agrupados son el 14 % y el resto de elementos que suman el 2% se
encuentran en estado infinitesimal, que es como la célula los necesita, tan
pequeñas que son de 10 menos a las 18, y aquí es donde raya con lo que se
considera la homeopatía.
- El agua de mar es el mayor
disolvente natural que existe en la Tierra.
Disuelve una enorme variedad de sólidos, líquidos y gases. Es
antibiótica y bactericida hasta 72 horas después de su recolección.
- El agua de mar es un nutriente:
provee de todos los minerales que el cuerpo necesita y sin los cuales, entre
otras cosas, no se absorben las vitaminas.
Para más información sobre el agua de mar, sus
propiedades, su uso y su obtención:
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