Debido a la estrecha proximidad entre las zonas relacionadas con el pensamiento y el sentimiento, así como a la tendencia de los procesos de un sector del tejido cerebral a propagarse hacia los tejidos vecinos, un cambio radical en la corteza motriz no puede sino tener efectos paralelos sobre el pensamiento y el sentimiento.
Un cambio fundamental que se opere en la base motriz, dentro de cualquier patrón de integración, puede fracturar la cohesión del conjunto y, en consecuencia, liberar al pensamiento y el sentimiento de las ataduras que los sujetan a los patrones de sus rutinas establecidas. En esa situación es mucho más fácil efectuar cambios en el pensamiento y el sentimiento, puesto que la parte correspondiente a los músculos, por intermedio de la cual el pensamiento y el sentimiento llegan hasta nuestra consciencia, ha cambiado y ya no expresa más las pautas que nos eran familiares. El hábito ha perdido su principal sostén, que son los músculos, y se ha tornado más dócil al cambio.
Moshe Feldenkrais, Autoconsciencia por el movimiento
A través del yoga, la danza, las artes marciales, o cualquier trabajo de movimiento consciente, adquirimos herramientas que nos ayudan a crecer y transformarnos. Un hábito de pensamiento o acción crea una postura en el cuerpo, que a base de repetición y refuerzo puede volverse rígida y atraparnos en una inercia que incluye determinadas emociones y pensamientos repetitivos.
Las propuestas de movimiento consciente permiten al cuerpo cuestionar y liberarse de estas posturas. Le ofrecen otras, le ofrecen espacio, aire y energía para mejorar la adaptación a los cambios del entorno y para desarrollar-nos como seres completos en todas nuestras posibilidades.
Practicar, jugar, probar, se vuelve un placer, un reto y un descubrimiento constante. :D
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