clases de yoga

viernes, 17 de febrero de 2017

CHIN MUDRA - JÑANA MUDRA



Un mudra es un gesto comúnmente trazado por las manos, aunque también hay mudras que implican otras partes, que traza un camino o intención en el cuerpo. Se dice también que los mudras son llaves energéticas, como los bhandas y, en general, todo lo que podemos consideras asanas o posturas de yoga. Lo especial de los mudras es que trabajan directamente sobre el nivel energético sutil. Influyen en la respiración y en los caminos por los que fluye tu energía, física, mental, emocional... y tu apertura al mundo. 
Además de para el control, el incremento y la distribución de la energía vital o Prana, los mudras se han utilizado durante miles de años con fines terapéuticos y hay mudras para tratar toda clase de enfermedades y condiciones (se puede encontrar una generosa muestra de estos usos y aplicaciones en el el libro de Gertrud Hirschi, Mudras, ed. Urano).
De hecho, un mudra expresa mucho más que lo referente al cuerpo y comunica con lo sagrado.



JÑANA MUDRA o CHIN MUDRA (dependiendo de si los dedos señalan hacia arriba o hacia abajo) es el mudra más conocido y empleado de todos, tanto en el yoga como en otras prácticas, seguramente por su potencia y porque en sí mismo resume y simboliza las bases filosóficas del yoga: La armonía de la consciencia humana (pulgar); los tres dedos extendidos, las tres Gunas, cualidades que mantienen en marcha la evolución, tanto del macrocosmos como del microcosmos: Tamas (letargia), Rajas (actividad) y Sattwa (equilibrio). El círculo cerrado del índice y el pulgar representa el objetivo último del Hatha Yoga, la unión de Atman, el ama individual, con Brahman, el alma del mundo.
Lo encontramos, además, en una multitud de representaciones de la divinidad, a la altura del corazón y hacia afuera simboliza la proclamación de la ensañanza; hacia adentro y hacia arriba, simboliza la entrega del ser humano a la sabiduría divina y su reconocimiento. En este gesto reside también una ternura conmovedora.


JÑANA MUDRA puede practicarse de dos maneras: la primera en la cual se tocan las puntas del pulgar y el índice; la segunda, en la que la punta del índice toca la primera falange del pulgar y el pulgar ejerce una ligera presión sobre la uña del índice. La primera es la postura pasiva y receptora, y la segunda a la activa y dadora.

Cuando este gesto se emplea para aliviar trastornos físicos, da igual que se practique hacia arriba (JÑANA) o hacia abajo (CHIN). Se trata de un remedio universal que mejora los estados de tensión y de desorden y estimula la memoria y la concentración. Clarifica el espíritu. Se emplea en casos de insomnio o de somnolencia, depresiones e hipertensión. Además, puede combinarse con otros mudras, reforzando su efecto si se practica antes o después o con una mano mientras con la otra se realiza otro mudra.

Una meditación o visualización, aunque sea breve, se ve muy reforzada por este mudra. Sentarnos a reencontrarnos con el ritmo interno, a transitar los espacios de no-pensamiento y puro presente, crea las condiciones adecuadas para que, tocando las llaves adecuadas, encontremos nuestra propia manera o nuestro propio camino para crecer y para ser :)