A través de la práctica del yoga o el trabajo corporal uno puede llegar a darse cuenta de que lo que crea tension en el cuerpo es el encuentro entre dos fuerzas opuestas. Este principio físico de movimiento funciona, además, en el ámbito mental-emocional, en lo que entendemos como vida interior.
Si estamos de pie, el peso debería distribuirse por el esqueleto creando un equilibrio, pero al existir alguna fuerza o disposición que añade una conducta diferente, actuando de forma opuesta en algunos puntos, el sistema retiene, desvía o inmobiliza algunas de las partes, creando tensión e incluso dolor, en otras.
Es parte del objetivo del yoga, el Feldenkrais o las artes del movimiento el restaurar la armonía del cuerpo-mente mediante la resolución de estas contradicciones en una expresión coherente y bella que proporcione una mayor libertad y estabilidad al individuo.
Observando cómo funcionan los miedos y los llamados "pensamientos negativos",veremos que ocurre algo similar. Generalmente existe algún sentimiento o emoción que actúa, de forma más o menos oculta, "en contra" del bienestar y la paz mental, es decir del flujo de la Presencia. Cuanto más oculta está esa emoción que produce un desvío o estancamiento de la energía interna, esta se proyecta hacia el pasado (melancolía) o hacia el futuro (ansiedad), mayor es la fuerza que acumula y generará más y más pensamientos y más y más rápidos, alejándonos del estado de Presencia.
Una vez localizado y liberado el sentimiento, la dinámica cesa y vuelve por los cauces que nos permiten estar presentes y gozar y experimentar plenamente la Vida.
Por eso la pràctica simultànea en la observación y la entrega, la respiración y el movimiento, la atención y el aprendizaje, resulta una experiencia liberadora de todo el Ser. Al resolverse el conflicto, en el cuerpo físico y en el mental-emotivo el individuo puede comprenderse integramente mejor como Uno, siendo este un primer paso para una integración mayor; la resolución de la creencia conflictiva de estar separados.
Dice en Un Curso de Milagros "Antes de que la separación
introdujese las nociones de grados, aspectos e intervalos, la percepción no
existía. El espíritu no tiene niveles." y " Los niveles creados
por la separación no pueden sino estar en conflicto. Ello se debe a que ninguno
de ellos significa nada para los demás."
El camino del autoconocimiento puede asemejarse al de ir cosiendo, poco a poco las partes, disolviendo los límites. Uno de los retos más grandes, sobre todo para los occidentales, es disolver la idea de que el cuerpo y la mente son dos cosas distintas que nada significan la una para la otra. El siguiente reto es el encuentro con el otro, enmendar esa fractura que se expresa en las relaciones y en lo social.
Comprender la ilusión de las fronteras nos sitúa ante un vacío, un infinito de vida, para el que muchas o ninguna palabra es necesaria.
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