Todas las noches
cerramos los ojos y el mundo se cierra con este mismo gesto. Se baja el telón y
damos paso así a la experiencia cotidiana más cercana a la muerte. El teatro se
irá vaciando, lentamente.
Esta experiencia
es el sueño profundo y reparador que ocurre durante las horas en que no
soñamos, en las que la mente realmente descansa.
Tras este contacto con la
desconocida oscuridad sin sueños, nos despertamos con energía renovada porque
hemos bebido de la fuente original: cada noche tocamos el Absoluto, nos
fundimos con él, sólo que de manera inconsciente y, al abrir los ojos, cuando
la función vuelve a comenzar, olvidamos de dónde venimos.
Todas las
enseñanzas antiguas dirigidas a la experiencia y comprensión del Absoluto, toda
la mística y el yoga se dirigen, simplemente, a hacer de esta experiencia algo
consciente y constituyente.
Se trata de no
olvidar la Fuente,
de sentir su fluir siempre presente, reconocer que esa energía-presencia-fuerza
esta ahí, en nosotros, en todo momento. Esto es algo muy difícil y, a la vez,
no hay nada más sencillo. Simplemente hacerlo, como cuando alguien te dice “se
feliz” y, tal vez sólo durante un breve instante, comprendes que la felicidad
trata precisamente de esto, de ser feliz, de dejarse ser feliz y no fijar la
atención en las condiciones que le suponemos a la felicidad. Ella es
incondicionada, como lo es la presencia de la que hablamos.
Tratar de
comprender es un esfuerzo de la mente por ordenar y dar sentido, por encontrar
el propio lugar, y esto está bien. Tratar de sentir, es un esfuerzo de la
imaginación por proyectar una imagen en el cuerpo, imprimirle una huella y así
producir una transformación, esto también está bien, forma parte de la Vida conociéndose a sí misma,
experimentándose.
Añadir la presencia
del Absoluto no es hacer algo distinto, pero es hacerlo de otro modo, hacerlo
con paz porque simplemente se hace, se es. Esto es el yoga, la unión, pues
entonces desaparece la diferencia entre la experiencia, el experimentador y el
Absoluto y todo se revela como una Naturaleza única.
Gracias Mar, como siempre muy inspiradora. Recordando de dónde venimos...
ResponderEliminar¡Gracias!
Gracias a tí por compartir el camino. Ahí vamos, adelante, atras, alrededor, en todas partes... al origen.
EliminarGràcies Mar, es un plaer el teu blog, alimentant l'ànima, bebent de la font del absolut, com dius tu no oblidem de retrobar la font.
ResponderEliminarReal i inspirador... Haurem d'intentar no perdre aquesta connexió ni tan sols durant un minut al dia... És difícil però quina altra cosa hem de fer sinó? Una abraçada, bonica!
ResponderEliminarEn algún lloc vaig llegir que l'única cosa que busca el desig és la fi del desig... Quan sortim de la presència de l'Absolut només cerquem tornar-hi, però, de fet, ja hi som...
ResponderEliminarMoltes gràcies pels comentaris!