“Aprende de dónde son el pesar y la alegría,
y el amor y el odio, y el estar despierto aunque no quieras, y el estar dormido
aunque no quieras, y el enamorarte cuando no quieres. Y si investigaras de
cerca todas estas cosas, encontrarías a Dios dentro de ti mismo, uno y muchos,
justo como el átomo; encontrando así dentro de ti una vía fuera de ti”.
Monoimus
Una vez que se ve que la volición es, en
efecto, ilusoria, se hace evidente que para ver algo que ya está allí no es
necesario el esfuerzo en forma de disciplinas, prácticas o artificios tales
como la repetición de afirmaciones, o fórmulas, o pensamientos, o palabras. La
filosofía taoísta denomina todos los esfuerzos por realizar el Tao “ponerle
patas a una serpiente” ya que “todo es el Tao”.
Ramesh
S. Balsekar
El
Advaita nos dice que todo esfuerzo por conseguir cualquier cosa, sea la
iluminación, sea el equilibrio, la comprensión de la divinidad, o cosas más
mundanas como tener una vida ordenada, un buen trabajo, una familia o una determinada posición, es en vano, ya que
no existe el yo que se esfuerza, no existe el “hacedor”, el hacedor es
únicamente una ilusión, una falsa identificación, pues sólo hay una única
Consciencia. Dice el Ashtavakra Gita:
Todo lo que percibes es tu propio reflejo.
¿Pueden los distintos adornos: Brazaletes, amuletos o cadenas existir por sí
mismos aparte del oro del que están formados?
Abandona distinciones tales como “yo soy
esto” y “yo no soy esto”. Ten la convicción de que todo lo que hay es la
Consciencia. Libre de todo concepto, sé feliz.
Es sólo a causa de la ignorancia que el
universo parece existir. Aparte de ti, como Consciencia o Realidad, nada
existe. Aparte de ti no existe ningún yo individual ni ningún “yo”
trascendental”.
Aquel que comprende con convicción que el
universo no es otra cosa que una ilusión, se libera del deseo. Con la
convicción de que nada existe sino la Consciencia, surgen la paz y la
serenidad.”
Cada
uno tiene recibe su experiencia, sin embargo, parece que el yoga no está lejos
del Advaita, pues la práctica nos lleva a menudo al linde de esta comprensión…
¡OM
NAMAH SHIVAYA!
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