clases de yoga

martes, 27 de marzo de 2018

TAPAS: austeridad y poder personal


 Tapas es un aspecto clave de la vida del yogui, pero aquí en occidente tiende a no prestársele demasiada, o ninguna atención, pues representa lo contrario a lo que nos resulta cómodo y asociamos con el bienestar, ya que podría traducirse como sacrificio o austeridad. No obstante, sin esta idea, lo que el yoga es en realidad se desdibuja. 
Muchos profesores y profesoras de yoga lo repetimos, el yoga no es una gimnasia, aunque incluya ejercicios físicos, el yoga es un camino espiritual y, quien se ha adentrado por este tipo de sendas sabe que no todo el tiempo son caminos de rosas y que implican compromiso, riesgo, voluntad y estar dispuesto a destruïrse a uno mismo y a volverse a construïr infinitas veces. Un verdadero yogui o yoguini es un guerrero, el camino le exige los pies en la tierra, la cabeza en el cielo, fluidez en el alma y fuego en el estómago.
Y es que tapas es también el fuego (de ahí que se lo relacione con el sacrificio, pues ambas cosas van juntas en la tradición india) y se sitúa en la zona del estómago-abdomen. Allí es donde, según el ayurveda y la mayoría de las tradiciones orientales ,se encuentra este elemento, el fuego digestivo que transforma los alimentos, la chispa que enciende el movimiento, el ki o energía vital, el fuego de la voluntad, de la transformación. En un nivel fisiológico es donde lo que tomamos del mundo es procesado y transformado en una sustancia asimilable, siendo eliminado lo que no es necesario, en el proceso que constituye la nutrición, nuestra más primaria relación con el mundo.
En otro nivel, tapas es ése fuego purificador donde podemos echar todo aquéllo que deseamos transmutar: pensamientos, hábitos, tendencias, carácteres, historias que nos contamos, creencias, límites etc. Finalmente aquéllo que se ofrece en sacrificio es siempre el ego; la renuncia más grande del yogui no es el mundo sino el yo.

Hay muchas prácticas del yoga dirigidas a avivar este fuego interno mediante respiraciones intensas, asana, pranayama, mudra, ejercicios de concentración (dharana), pero también podríamos incluïr otras prácticas como el ayuno o la inmovilidad rigurosa durante horas o días, o el sometimiento a determinadas pruebas o ejercicios espirituales algo más esotéricos. Tapas puede resultarnos chocante desde fuera al nivel de algunos yoguis que desde nuestro imaginario serían faquires. Ellos son los que dedican su vida a tapas y, según la creencia tradicional, adquieren grandes poderes o siddhis (tales como la levitación, la clarividencia o el control absoluto de las funciones vitales) a base de hacer grandes sacrificios. A occcidente le repele esta idea, pero al igual que en la India, también aquí muchas personas ofrecían y ofrecen sacrificios y se sometían austeridades en fechas señaladas por el calendario religioso para conseguir el favor de dioses y santos, o para limpiarse de sus malas acciones. Este concepto de limpieza es algo muy distinto a la penitencia, por eso es algo que nos cuesta de entender. Tener un mal pensamiento, sostener un hábito que sabes que és perjudicial para tí o para otros, llevar una vida desarmónica con tus ideales o tu manera de pensar, son cargas y responsabilidades, pero no algo por lo que debas culparte o hacerte pequeño. Ése es el legado de un uso del cristianismo orientado a la dominación del pueblo. Tapas representa lo contrario, el poder personal que tiene el individuo sobre su propia vida, representa la liberación. Al ofrecer a tu fuego interno tu antiguo yo, pues al final, todo lo que se ofrece a este fuego de sacrificio, como hemos dicho, forma parte del ego, te haces un bien a tí mismo y le hacer un bien al mundo. Te refinas, te pules como diamante para brillar con tu propia luz. Es un proceso de eliminar para iluminar. La culpa no tiene ningún lugar en ello, tampoco la idea de bien o mal, el juicio o la comparación. La devoción que requiere tapas es únicamente hacia la Vida, y la vida acoge gozosa cualquier cosa que le ofrezcas en sacrificio, por difícil, dolorosa, pequeña, corrupta, infame o ridícula que te parezca. El fuego es neutro, no juzga, el fuego es únicamente poder. Es maravilloso, en la práctica, ofrecer nuestras antiguas identificaciones, los patrones de comportamiento o las ideas que nos hacían sufrir y es cierto que requiere esfuerzo y entrega, pero las recompensas son enormes desde el momento en el que te enfocas, te conectas con lo que verdaderamente eres y reunes toda tu energía para darte a luz a tí misma, contínuamente.








1 comentario:

  1. Que bonito! Gracias!
    El cuerpo no es lo que somos, pero es a través de él como se pasa del plano físico al espiritual. No es a través del castigo del cuerpo, sino a través de la conciencia corporal como se trasciende el ego y la muerte.

    Namaste hermana.

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